sábado, 16 de mayo de 2015

El valor añadido en los Procuradores: su gran asignatura pendiente

Ante todo y en primer lugar, dejar bien claro que el ejercicio me ha convertido en un completo defensor de los procuradores.

Yo trabajo con la que creo que es la mejor de mi ciudad, y tenerla a mi lado me aporta una enorme tranquilidad.

Tenemos la falsa creencia de que el procurador solo se dedica a presentar las notificaciones, hacer copias, y poco más.

Pues bien. He ahi el “quid” de la cuestión.


Un procurador que se dedique solo a hacer eso simplemente será un procurador. No digo malo, solo que lo será a secas.

Es en el valor añadido, en los extras, en lo que hacen mas alla de lo estrictamente obligatorio, donde aparecen los buenos procuradores.

Ahora que he accedido al Turno de Oficio  y estoy conociendo procuradores a marchas forzadas (cada caso nuevo es un procurador nuevo) estoy descubriendo más aún esta diferencia. Procuradores normales (a los que no encargaría un caso de un cliente particular) y buenos procuradores, a los que no lo descartaría en absoluto.

A uno normal le mandas un email de 6 parrafos y te puede contestar en una linea (ya me ha pasado). Quiza la respuesta sea suficiente con esa linea, no digo que no.

O “estas copias no las voy a hacer yo porque...”. Quiza tenga razón.

O “pasate tu mejor por mi despacho o llevamelo a los juzgados”. OK. La misma distancia hay de tu despacho al mio que viceversa, claro. Lo entiendo.

Hacer solo lo estrictamente necesario y protocolario. 

Entonces ¿eso es todo? Ya me entendeis.

Sin embargo, en la otra cara de la moneda, encuentras aquellos que te responden al email amablemente, diciendo que lo que necesites que llames, que te mandan una resolución al respecto para que te quedes tranquilo, etc.

Que cogen y te dicen: Tranquilo. No te preocupes. Yo me encargo.

¿Se ve la diferencia? ;-)

Toda esa labor de descarga al abogado que hace un buen procurador NO TIENE PRECIO.

¿Que se han dejado de firmar por error varias hojas del Convenio Regulador ya presentado? Tranquilo. Hablo con la oficial y si hace falta hablo con el cliente y que se pase por mi despacho. Tú tranquilo.

¿Si me puedo pasar por tu despacho? Claro. Sin problema.

¿Que necesitas el qué? Por supuesto. Ahora mismo te lo busco.

Es cierto. Esto se esta retrasando. Me paso por la oficina del juzgado y les pongo las pilas. ¿Te parece?

En fin. ORO.

¿Deberían ser todos los procuradores asi? Quizás. Pero bueno, yo no soy quien para dar lecciones ni consejos a nadie, y menos de una profesión que no es la mía.

Solo diré una cosa (que además es vox populi, aunque a veces se olvide): el cliente del procurador no es el cliente final, sino el abogado.

Añadid valor a vuestros servicios, marcad la diferencia. Callad la boca a los que os tachan de simples recaderos (cosa que no comparto) y demostrad que podeis ser enormemente útiles en el proceso.

Dejad claro que estais ahi. Antes, durante y despues. En vuestro despacho, en el nuestro, entre las bambalinas de los juzgados.

En definitiva, luchad por dejar claro que hoy en día teneis que estar ahí. Y trabajad por ser buenos procuradores, y no simples procuradores.






1 comentario:

  1. Sin duda alguna información muy buena! Siempres es agradable ver el valor añadido como lo mencionas. saludos

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